domingo, 12 de octubre de 2014

Llegan a China los 'apartamentos-cápsula'

A grandes problemas, soluciones desesperadas. Y como el galopante precio de los alquileres es uno de los principales escollos a los que tienen que enfrentarse millones de chinos, las soluciones habitacionales son también de lo más variopinto.
Una de ellas son los denominados apartamentos cápsula, una idea patentada y desarrollada a las afueras de Pekín por Huang Rixin, ingeniero jubilado de 78 años, para ayudar de alguna manera a los millones de jóvenes chinos que llegan a las grandes ciudades en busca de una vida mejor.
A saber, un cúbiculo de apenas 2 metros cuadrados en el que a duras penas cabe un camastro y una mesita. El baño es de uso común para los inquilinos, lo que obliga al resto de vecinos de la planta a solventar sus necesidades en los numerosos baños públicos de la capital china. Televisión e internet, incluidos. Todo, al módico precio de 29 euros al mes (250 yuanes). Los más acaudalados pueden hacerse con un metro cuadrado más de espacio, aunque el precio sube hasta los 35 euros mensuales (300 yuanes).
Su promotor insiste en que no pretende hacer dinero, pese a que antes de desarrollarla se encargó de patentarla
"Es una buena solución temporal para los que no tienen muchos ingresos", explica Rixin. "Si el salario mensual de un recién licenciado oscila entre 1.000 y 1.500 yuanes (119 y 178 euros), cómo van a poder alquilar un apartamento de 600 yuanes (71 euros) al mes?", se pregunta Rixin, para quien el concepto de estos micro apartamentos "es la respuesta al desorbitado precio de los alquileres".
Aunque se asemejan más a las casas-jaula de Hong Kong-, Rixin afirma que se inspiró en los hoteles-cápsula de Tokio. Para ello, alquiló tres habitaciones de 10 metros cuadrados cada una en un edifico de tres pisos situado en Liu Lang Zhang, dentro del Quinto Anillo de la capital. Después invirtió 30.000 yuanes (3.500 euros) en arreglar las 8 habitaciones-cápsula que conseguía tras dividir el espacio. Realizadas las particiones, dos de las habitaciones se convertían en tres apartamentos-cápsula de dos metros metros cuadrados cada una.
La tercera habitación se convirtió en dos cápsulas de tres metros cuadrados cada una. Su idea inicial fue bautizar su projecto como 'tribu de hormigas', término con el que popularmente se conoce al ejército de licenciados y jóvenes trabajadores que cada año invaden las grandes urbes chinas. Sin embargo, y sin saber lo que ocurrría poco después, rechazó dicho término porque pensó que podía ofender a las estrictas las autoridades locales.
Rixin considera que su quijotesca idea inmobiliaria está abocada al mayor de los éxitos, pese a que el Gobierno Comunista Chino ya ha expresado su total oposición a dicho planteamiento. De hecho, poco después de que la prensa china diera a conocer su innovadora propuesta, el gobierno local sacó el 29 de abril una circular mediante la cual establecía que, para poder alquilar, la supercie de una vivienda no puede ser inferior a los 7,5 metros cuadrados por persona. El ambicioso proyecto de Rixin quedaba literalmente fuera de la ley.

Cuatro casas-cápsulas

Su impulso inicial fue bautizar su creación como 'tribu de hormigas', el nombre con el que se conoce al ejército de jóvenes precarios que invaden las grandes urbes chinas
Lejos de desistir, el tenaz ingeniero se encuentra actualmente reestructurando las particiones de las habitaciones para reunir los requerimientos gubernamentales. Es más, ha invertido otros 180.000 yuanes (21.000 euros) para convertir dos habitaciones que posee en el hutong Wudaoying (centro de Pekín) en cuatro apartamentos-cápsula con las medidas recién estipuladas por el Gobierno chino. En este caso, el precio del alquiler oscilará entre los 800 y los 1.600 yuanes (95 y 190 euros).
A los que le acusan de hipócrita por ofrecer un tipo de alojamiento que roza la indignidad, Rixin responde: "la población inmigrante necesita un lugar asequible para vivir. Yo estoy encantado de que mis inquilinos se vayan porque eso significa que ganan más dinero".
Rixin sigue pensando que su proyecto es una magnífica idea que tendrá éxito en China dada la escalada de los precios de la vivienda (se ha incrementado en torno al 12% en el último año) y de la demanda.

No quiere hacer negocio

Este ingenioso promotor insiste en que su objetivo no es hacer negocio con esta idea, pese a que antes de desarrollarla se encargó de patentarla. "Aunque no consiga mucho margen alquilando estos apartamentos, espero que los inversores compren mi patente para que puedan expandir este negocio, que es bastante rentable", confiesa Rixin.
Pero más allá de márgenes porcentuales y beneficios económicos, lo que realmente subyace en la conciencia de Rixin es el creciente desequilibrio entre los más ricos y los más pobres. «En China, mientras los ricos pueden llegar a pagar más de 30.000 yuanes (3.500 euros) por metro cuadrado, muchos otros tienen que realizar sacrificios inhumanos para encontrar un sitio digno para vivir", reflexiona Rixin. "Tengo 78 años, no espero grandes beneficios. Lo que me gustaría sería poder trabajar con algunos constructores para desarrollar más viviendas de este tipo, para los más desfavorecidos. En cualquier caso, la última palabra siempre la tiene el Gobierno".
Fuente:

Imagenes: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario